Por Jafet Abello
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos para gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”. (Romanos 6:4)
Hoy no es un tema de discusión tan acalorado como lo fue en los pasados siglos en que la iglesia estuvo en pugna y se dividió por temas que fueron tan apasionantes como lo son hoy: los sacramentos y especialmente el bautismo. El objetivo de esta síntesis sobre el curso que tuvo en la historia la doctrina cristiana del bautismo es apenas mirado en los siguientes párrafos con el fin de dar luz sobre cuestiones a veces difíciles de dilucidar y ver cómo otros hombres de Dios, antes que nosotros, resolvieron estas cuestiones de tanto interés que hoy también, como ellos, nos preguntamos mirando al cielo esperando ver la reverberación de la voz de Dios en las escrituras.
1. El bautismo en las escrituras
El bautismo cristiano tiene su origen en el Bautismo de Juan. El Evangelio según San Mateo (cap.3) dice que Juan predicaba en el desierto de Judea
diciendo “arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”, para luego señalar que “eran bautizados confesando sus pecados”.
diciendo “arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”, para luego señalar que “eran bautizados confesando sus pecados”.
El Evangelio del médico Lucas es más evidente al señalar que “vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él fue por toda la región contigua del Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados”. En este texto que es más categórico que el anterior se demuestra que
a) Juan predicó el arrepentimiento porque vino palabra de Dios a su vida por lo que se confirma que habló, como todos los profetas del antiguo testamento, de parte de Dios y que, esto es lo que nos interesa
b) predicaba el bautismo de arrepentimiento, lo que demuestra que la posición de las iglesias nuestras de defender el bautismo como una señal de arrepentimiento no es una teoría especulativa sino que tiene amparo bíblico para sostener la posición que tenemos.
a) Juan predicó el arrepentimiento porque vino palabra de Dios a su vida por lo que se confirma que habló, como todos los profetas del antiguo testamento, de parte de Dios y que, esto es lo que nos interesa
b) predicaba el bautismo de arrepentimiento, lo que demuestra que la posición de las iglesias nuestras de defender el bautismo como una señal de arrepentimiento no es una teoría especulativa sino que tiene amparo bíblico para sostener la posición que tenemos.
La palabra bautismo (gr.baptizo) tiene diferentes sentidos. Se refería en ocasiones a los diferentes lavamientos ordenados en el Antiguo Testamento; y también la idea de estar unidos como lo expresa Pablo al decir que “todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar” (1 Cor. 10:2). La idea que nos da la Biblia con respecto al bautismo es originalmente de un lavamiento.
Jesús fue bautizado por Juan al iniciarse su ministerio y en el momento en que fue bautizado se abrió el cielo y se posó sobre él el Espíritu Santo en forma de paloma y la voz del Padre tronó desde los cielos “tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia”. También la Biblia nos muestra que Jesús bautizaba más discípulos que Juan (Juan 4:1) y fue también el mismo Señor Jesucristo quien al ordenar la gran comisión envió a sus discípulos a predicar el evangelio del reino y a que se bauticen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Aunque el origen del bautismo en las escrituras está claramente mostrado por la palabra de Dios y su propósito (ser de arrepentimiento) es evidente, no obstante con el paso del tiempo hubo amargas controversias que dividieron a la Iglesia y que a continuación sintetizaremos debidamente.
Pablo detalló algunas cosas que es de interés considerar. En el capítulo 19 de Hechos en la cuidad de Éfeso le pregunta a unos discípulos: ¿recibisteis el Espíritu Santo?, ellos dicen ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Pablo entonces pregunta: ¿en qué fuisteis bautizados?, en el bautismo de Juan, responden. El apóstol luego dice que el bautismo de Juan era de arrepentimiento y que Juan bautizó y enseñó que debían creer en quien vendría después de él, esto es en Jesús. Lo interesante de este texto, para nuestros fines, es que después de esto Pablo les exhorta a creer en Jesús.
La Biblia dice después que “cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús". Esto da a entender algunos puntos de importancia. Es primera vez que la Biblia muestra que el bautismo de Juan es invalidado y que esos 12 discípulos (que probablemente no eran judíos) son bautizados en el bautismo de Jesús lo que a su vez nos muestra que efectivamente aunque el bautismo de Juan fue inspirado por Dios no tenía los mismos efectos que tenía el Bautismo en nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y que, nos confirma con el paso de los siglos, que la iglesia debería prestar atención a la forma y el fondo del bautismo y que escrituralmente Pablo demostró que efectivamente hay bautismos que se hacen y que no tienen valor en el reino de Dios, y además, que es un deber de los ministros bautizar otra vez a quienes no han sido bautizados adecuadamente.
La Biblia dice después que “cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús". Esto da a entender algunos puntos de importancia. Es primera vez que la Biblia muestra que el bautismo de Juan es invalidado y que esos 12 discípulos (que probablemente no eran judíos) son bautizados en el bautismo de Jesús lo que a su vez nos muestra que efectivamente aunque el bautismo de Juan fue inspirado por Dios no tenía los mismos efectos que tenía el Bautismo en nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y que, nos confirma con el paso de los siglos, que la iglesia debería prestar atención a la forma y el fondo del bautismo y que escrituralmente Pablo demostró que efectivamente hay bautismos que se hacen y que no tienen valor en el reino de Dios, y además, que es un deber de los ministros bautizar otra vez a quienes no han sido bautizados adecuadamente.
Posteriormente Pablo desarrolló en las escrituras (Romanos capítulo 6) la forma final de bautismo de la siguiente manera:
Pablo utiliza la palabra bautismo como unión con Cristo, y dice que fuimos bautizados (unidos) con Cristo en su muerte, así también como él resucitó, nosotros andemos en vida nueva. Esto da a entender claramente que así como Jesús murió, nosotros debemos morir al pecado porque “nos debemos considerar muertos al pecado”. Y en segundo lugar así como Jesús resucitó, nosotros debemos “resucitar a una vida nueva”, sin pecado, porque, como bien lo dice el apóstol, “el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”.
2. El bautismo después del primer siglo
Cuando murieron los apóstoles la iglesia siguió anunciando el evangelio del reino y bautizando a los nuevos creyentes a quienes llamaban catecúmenos
- ¿Crees en Dios Padre Todopoderoso?
- ¿Crees en Cristo Jesús, el Hijo de Dios, que nació del Espíritu Santo y de María la virgen, que fue crucificado bajo Poncio Pilatos, y murió, y se levantó de nuevo al tercer día, vivo entre los muertos y ascendió al cielo…
Estas eran las preguntas que se hacían a los catecúmenos antes de ser bautizados y debían ser respondidas para luego administrar el bautismo al catecúmeno. Los catecúmenos eran los creyentes que aspiraban a ser bautizados.
El bautismo como símbolo vino a significar dos cosas:
El bautismo como símbolo vino a significar dos cosas:
- Un medio de identificación de los verdaderos creyentes para la iglesia.
- El rito de iniciación de los creyentes en Cristo.
Una de las preguntas recurrentes es qué tipo de bautismo se aplicaba a los catecúmenos y cómo era originalmente ante la diversidad de opiniones que existen en la actualidad y ante el relativo desinterés que muestran las iglesias ante este tipo de temas. En nuestro país las iglesias tradicionales suelen bautizar por aspersión o inmersión y las razones del bautismo que emplean no son bíblicas más bien históricas. La historia nos muestra que la iglesia cristiana bautizaba por inmersión.
Dice al respecto el connotadísimo historiador Justo González (historia del cristianismo, tomo I, página 115):
Dice al respecto el connotadísimo historiador Justo González (historia del cristianismo, tomo I, página 115):
"Por lo general el bautismo se administraba una vez al año, en el Domingo de resurrección, aunque pronto y por diversas razones se empezó a administrar en dos ocasiones. A principios del siglo tercero los que estaban listos para ser bautizados ayunaban durante el viernes y el sábado, y su bautismo tenía lugar en la madrugada del domingo, como en la resurrección del Señor. El bautismo era por inmersión, desnudos, los hombres separados de las mujeres. Al salir del agua se le daba al neófito una vestidura blanca en señal de su nueva vida en Cristo. Además se le daba a beber agua en señal de que había quedado limpio, no sólo exterior, sino también interiormente. Además se le ungía porque ahora el cristiano había venido a formar parte del sacerdocio, y se le daba leche y miel, porque había penetrado en la tierra prometida…"
Queda claro en este párrafo que el bautismo era aplicado por inmersión y que el proceso llevado a cabo para bautizar a los catecúmenos era rigurosísimo porque, también sucedía esto, quien se bautizaba estaba dando en ésa época, un paso –casi- seguro al martirio. Ser cristiano en aquella lejana época era sinónimo de ser mártir, y aquí se cumplían literalmente las palabras del apóstol: hemos sido bautizados en su muerte. El bautismo por inmersión se practicó por las iglesias hasta el siglo IX, otras hasta el siglo XIII y en otros casos hasta el siglo XX, ya que el bautismo por infusión solo se administraba en casos extraordinarios cuando una persona no gozaba de buena salud o había escasez de agua, etcétera.
3. Los siglos posteriores
Agustín se planteó la cuestión del bautismo dentro del doble contexto del donatismo y el pelagianismo. Los pelagianos no creían en que los niños recién nacidos tenían necesidad del bautismo, pues no tenían pecado (…) En cuanto a los donatistas, sostenían que solo dentro de la iglesia, es decir, la de ellos, era válido el bautismo, y para ello se apoyaban en la autoridad de Cipriano 2.
Aquí se debatía dos cosas: si el bautismo podía ser invalidado y esto, de la validez o no del bautismo, a causa de ser administrado por una persona indigna. Agustín tomó la postura de aceptar a los herejes y cismáticos (donatistas) sin la necesidad de ser rebautizados y como medio de integración a la iglesia optó por la imposición de manos en lugar de rebautizarlos. Con esta postura quedó abierta la discusión: los donatistas optaban por rebautizar a quienes llegaban a sus iglesias, y Agustín por no hacerlo. En el siglo XVI Martín Lutero definió el bautismo como un acto de justificación y también como el signo (el morir al pecado) sobre o bajo el cual se debe vivir la vida cristiana. Su insistencia en afirmar que lo importante del bautismo no es el bautismo en sí como la fe en Jesucristo, lo llevó a pensar y afirmar que los niños deben ser bautizados porque el negarle el bautismo a los niños por su carencia de fe, implicaría que el poder del bautismo depende de nuestra capacidad para recibirlo.
La reacción ante la transubstanciación y el concepto luterano de la presencia de Cristo en la eucaristía llevó a los anabaptistas a rebautizar a los miembros de sus iglesias (anabaptistas quiere decir los rebautizadores). El 21 de enero de 1525 Grebel rebautizó a Blaurock.
Grebel y sus seguidores tenían el deseo de restaurar la iglesia no sólo en la doctrina del bautismo sino en su totalidad y estas motivaciones los llevaron a actuar. Siguiendo a Zwinglio quien afirmaba que el bautismo no tiene poder para lavar los pecados, llegaron a la conclusión lógica de que los niños no deben ser bautizados y consideraron inválido el bautismo católico, de ahí surgió la corriente protestante de bautizar a los católicos que adhieren al evangelio y de no bautizar a los niños. Lo que en realidad quería decir Zwinglio era que el concepto de sacramento como algo mágico no era en sí mismo como lo había planteado la iglesia medieval, sino que era un signo, y de ahí en adelante surgió la controversia entre luteranos, anabaptistas y calvinistas sobre si los sacramentos sólo son signos o realmente está la presencia de Dios en ellos como medios de gracia. Calvino optó por señalar que estaba virtualmente la presencia de Cristo; Lutero afirmó que si Cristo está sentado a la diestra del Padre, entonces desciende en el momento en que se administran los medios de gracia, y los anabaptistas siguiendo a Zwinglio afirmaron que sólo son símbolos y esa es la postura que hasta hoy prevalece en las iglesias evangélicas.
Los siglos posteriores llevaron a las iglesias metodistas a sostener el bautismo por aspersión y a las iglesias de avivamiento y pentecostales a bautizar por inmersión. A la luz de la historia y las escrituras el bautismo ortodoxo fue por inmersión y se confirmó que el bautismo de arrepentimiento es para personas que voluntariamente quieran llevar una vida de santidad a Dios.
Quedan muchos cabos sueltos que no tiene espacio en esta síntesis sobre las oscilaciones y controversias del bautismo cristiano en la historia de la Iglesia. Pero las sólidas bases que nos presentan las escrituras son el faro suficiente para guiar nuestras vidas a la correcta exhortación y obediencia a las escrituras que nos fueron dejadas como el único medio por el cual Dios quiso dar a conocer al Verbo que estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo.
El bautismo cristiano correcto. Tu opinión
Reviewed by Anónimo
on
junio 07, 2011
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