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Crisis evangélica


Por Jafet Abello

Si hay un periodo histórico de corrupción en la iglesia, ese es el renacimiento. Los ideales renacentistas que alzaban al hombre hasta las nubes, intentando hacer sucumbir a Dios no hallaron otra cosa mejor que intentar desvincularse de lo divino. Eso hizo, si por efecto o paralelamente, que la Iglesia católica cayera hasta lo más bajo que pudo: corrupción en los niveles más asombrosos que se puedan imaginar: el papa, Alejandro VI (Borgia) utilizando a su hija (de sólo 13 años, Lucrecia) para darla en matrimonio con fines político-económicos fue el clímax de la corrupción. Sacerdotes que tenían concubinas, homosexuales en el clero, hombres que estabana cargo de parroquias en la más profunda ignorancia hicieron caer a Roma en lo más bajo. Esa fue la razón (dentro de otras tantas) por la que Lutero logró realizar el cisma más importante y devolverle algo de dignidad a la iglesia cristiana. Eso ocurría en el siglo XVI y el concilio de Trento,en apariencia, vino a restaurar el orden en Roma, pero sólo logro poner un barniz en una institución que se caía a pedazos.

Cinco siglos después, la iglesia nacida de la Reforma, enfrenta su crisis mayor: la llamada Iglesia Evangélica. Por años se jactó de su santidad y honestidad, y aquí, en latinoamérica, sobretodo en el siglo XX, fue un enorme aporte espiritual y social a nuestros países, pero a fines de la década de los ´80, algo malo comenzó a ocurrir.


Surgieron en el seno de la iglesia, con la bonanza económica de algunos países del norte, teologías extrañas y confusas, que con el paso del tiempo, desnudaron lo que traían tras si. La llamada teología de la prosperidad ha sido la punta de lanza de otras más graves, como las teollogías que en síntesis, señalan que el hombre es el centro de la iglesia y que la Biblia y las enseñanzas tradicionales son innecesarias porque se enfrenta un nuevo tiempo. Han despojado a Dios de su palabra y la han reemplazado por la palabra del hombre: ahí consiste y reside el error más abismante que han cometido. Teólogos alemanes del pasado siglo, y de fines del siglo XIX, anunciaban con estrepitoso sonido, que a la iglesia evangélica, venía una corrupción no antes vista, en la iglesia evengélica.

Los temores se hicieron ciertos, y hoy a rrastramos tras nosotros un cúmulo de personas que hablan en nombre de Dios y no saben nada de él. Se cumplen las palabras de Isaías: "este pueblo con sus labios me honra, pero su corazón, está lejos de mí".

Hombres que predican por amor al dinero; sexualización en la música cristiana y en la casa de Dios; abandono de los valores tradicionales de las iglesias y de la liturgia; el abandono de las enseñanzas cristianas bíblicas y multitudes de personas que invocan a Dios sin conocer nada de las escrituras ni del evangelio ni de nada que realmente sea Dios. Una religión cristiana que carece de todos los valores y contenidos bíblico-cristianos.

La crisis está instalada, y seremos nosotros los que logremos hacer un llamado a la conciencia de nuestros hermanos y pseudo hermanos.

Como lo pregonaron todos los profetas, apóstoles y reformadores: volvernos a Dios a la oración y a su palabra, es lo que nos queda, antes de que la historia nos acuse de haber corrompido a la iglesia, o de haber guardado silencio.

"Vuélvenos a ti que nos volveremos" (Jeremías, Lamentaciones)
Crisis evangélica Crisis evangélica Reviewed by Anónimo on junio 06, 2011 Rating: 5

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