Por A. W. Tozer
Obedecer según el neuvo testamento, significa poner seria atencion a la palabra de Dios, someterse a su autoridad y practicar sus instrucciones. La obediencia, en este sentido, es casi una letra muerta en el cristianismo moderno. Se puede enseñar de vez en cuando de una manera languida, pero no se destaca suficientemente como para darle poder a la vida de los oyentes.
Para que una doctrina sea efectiva, ademas de ser recibida y sostenida por la iglesia; tiene que estar
respaldada por tal fuerza de conviccion moral que el hincapie caiga como un golpe sobre el fulminante, para que haga estallar la energia que esta latente dentro de ella. La iglesia de nuestro tiempo ha suavizado la doctrina de la obediencia, bien descuidandola por completo o mencionandola solo en forma apologetica, como si fuera de paso. Este es resultado de una confusion fundamental en la mente del predicador y de la iglesia respecto a la obediendia y las obras.
Al descartar la falsa doctrina de la salvacion por medio de las obras, hemos caido en el error opuesto de la salvacion sin obediencia. La biblia no enseña nada acerca de la salvacion aparte de la obediencia. Pablo dio tetimonio que el fue enviado a predicar “la obediendia a la fe en todas las naciones”. El les recordo a los cristianos de Roma que habian sido libertados del pecado por la siguiente razon: “…habeis obedecido de corazon a aquella forma de doctrina a la cual
fuisteis entregados”.
En el nuevo testamento no hay contradicccion entre la fe y la obediencia, pero si entre la fe y las obras de la ley y tambien entre la ley y la gracia. La Biblia no reconoce ninguna fe que no conduzca a la obediencia, ni ninguna obediencia que no brote de la fe. Las dos son los lados opuestos de la misma moneda. Si usted tuviera que dividir una moneda por un filo, destruiria ambos lados, perdiendo totalmente su valor. Del mismo modo la fe y la obediencia estan unidas para siempre y ambas pierden su valor cuando se separan. El problema que muchos tenemos hoy consiste en
que estamos tratando de creer, sin intentar obedecer.
El mensaje de la cruz contiene dos elementos:
1) promesas y declaraciones que deben creerse
2) mandamientos que deben obedecerse.
Obviamente, la fe es necesaria para las primeras y la obediencia, para los segundos. De hecho lo unico que podemos hacer con una promesa o una declaracion es creerla; fisicamente es imposible obedecerla, porque no se refiere a nuestra voluntad, sino a nuestro entendimiento. Igualmente es
imposible creer en un mandamiento, porque no esta dirigido esencialmente a nuestro entendimiento, sino a nuestra voluntad. Ciertamente, podemos tener fe en su justicia; confiar en que es un mandamiento bueno y correcto; pero eso no es suficiente. Mientras rehusemos obedecer, no hemos hecho nada con respecto al mandamiento. Esforzarnos para creer aquello que se dirige a nuestra obediencia es enmarañarnos desesperadamente en un laberinto de imposibilidades.
La doctrina del cristo crucificado y la riqueza de verdades que se vinculan a ella, tienen este doble
contenido. Por tanto, el apostol puede hablar acerca de “la obediencia a la fe”, sin contradecirse. Se puede afirmar: “el evangelio es poder de Dios para salvacion a todo aquel que cree”, y “…vino a ser autor de eterna salvacion para todos los que le obedecen”. No hay nada incompatible entre estas dos declaraciones cuando se entienden a la luz de la unidad, esencial entre la fe y la obediencia.
La debilidad del mensaje que predicamos hoy radica en hacer mas hincapie en la fe que en la obediencia. Esto se ha llevado tan lejos que, en la mete de millones de personas religiosas, la palabra creer tiene el doble de significado de creer y obedecer. Se ha producido una hueste de cristianos mentales cuyos caracteres estan mal formados y sus vidas fuera de proporcion. Erroneamente se ha tomado la imaginacion como si fuera la fe, y se ha hecho que le sirva a la obediencia.
Hay una enfermedad mental bastante conocida entre nosotros, que consiste en que el paciente vive en un mundo completamente imaginario, ficticio, lleno de fantasia, sin ninguna realidad objetiva que corresponda a esa fe. Todos saben esto, excepto el mismo paciente; el discute a favor de su mundo con toda la logica de un hombre cuerdo; y lo patetico es que el es absolutamente sincero.
Por tanto, hallamos cristianos que han vivido durante tanto tiempo en la atmosfera enrarecida de la
imaginacion que parece casi imposible relacionarlos con la realidad. La desobediencia ha paralizado sus piernas morales y disuelto su columna vertebral; asi que se desploman en un monton esponjoso de teoria religiosa, y creen todo con ardor, pero no obedecen en absoluto. En verdad, se escandalizan profundamente con solo oir la palabra “obedecer”. Para ellos huele a herejia y fariseismo. Piensan que son los unicos que han usado bien la palabra de verdad. ¡su doctrina de accion indolente es la religion del nuevo testamento! ¡por esa razon murieron los reformadores! Todo lo demas es la religion de cain. Si no fuera por el hecho de que este credo del impase moral ha influido practicamente en todo rincon del mundo cristiano; ha capturado a los seminarios e institutos biblicos, ha determinado el contenido de la predicacion evangelica y hasta ha llegado a decidir que clase de cristianos debemos ser; todo esto pudieramos pasarlo por alto y tomarlo como solo una cosa mas.
Tengo la conviccion que el falso concepto moderno de la funcion de la fe y el hecho que nuestros maestros no insisten en la obediencia, han debilitado a la iglesia y retardado lamentablemente el avivamiento en este ultimo siglo. La unica cura consiste en eliminar la causa. Para esto se necesita cierto valor, pero vale la pena el empeño decidido. Siempre estamos en peligro de ser victimas de las palabras. Una frase toma a menudo el lugar de la realidad espiritual; por ejemplo “seguir al señor” o “seguir al cordero” (Apocalipsis 14:4). No podemos, como los primeros discipulos seguir al maestro en determinada area geografica. Tenemos la tendencia de pensar en esto con sentido literal, pero al mismo tiempo sabemos que es imposible y esto ha llegado a significar poco mas que un acuerdo manifestado con movimientos afirmativos de la cabeza a las verdades del cristianismo. Pudiera
sorprendernos el hecho de saber que el verbo “seguir” es una palabra en el nuevo testamento que se usa para referirse al habito establecido de obedecer los mandamientos de cristo.
Examinemos algunos frutos de la obediencia mencionados en el nuevo testamento:
La casa del hombre obediente se construye sobre la roca (Mateo 7:24). Este hombre sera amado por el padre, y contara con la manifestacion del padre y del hijo, quien vendra a el y hara morada en el (Juan 14:21-23). Este permanecera en el amor de cristo (Juan 15:10). Mediante la obediencia a la doctrina de cristo, es libertado del pecado y hecho siervo de la justicia (Romanos 6:17-18); se le da el Espiritu Santo (Hechos 5:32). Se libra de engañarse asi mismo y es bienaventurado en todo lo que hace (Santiago 1:22-25). Su fe es perfeccionada (Santiago 2:22). Es confirmado en la seguridad que tiene de Dios y en la confianza de que todo lo que pida en oracion lo recibira (1 juan 3:18-22).
Estos son algunos versiculos que pueden citarse del nuevo testamento, sin embargo, mas importante que cualquier cantidad de versiculos probatorios es el hecho de que el flujo total del nuevo testamento se mueve en este sentido. Uno o dos versiculos pudieran ser malinterpretados, pero no se puede interpretar mal el tenor total de la escritura.
¿hasta donde llega todo esto? ¿Cuáles son las implicaciones practicas para nosotros los cristianos
comunes y corrientes de hoy?
Podemos estar seguros de esto: Dios nos enviara las lluvias de bendicion tan pronto como comencemos a obedecer sus claras instrucciones. No necesitamos una nueva doctrina, ni un
nuevo movimiento, ni una “clave”, ni siquiera un evangelista importado o un “curso” costoso para que nos muestren el camino. Esta claro delante de nosotros como una autopista de cuatro canales juntos.
A cualquiera que pregunte, le diria: “sencillamente haga lo que usted sabe que debe hacer a continuacion, para poner en practica la voluntad del Señor. Si hay pecado en su vida, abandonelo. Apartese de la mentira, murmuracion, deshonestidad o de cualquier pecado. Abandone los placeres mundanales, la extravagancia en el gasto, la vanidad en el vestir, en su carro, en su hogar. Pongase en armonia con cualquier persona a la que haya hecho algun mal. Perdone a cualquiera que se haya actuado mal con usted. Comience a usar su dinero para ayudar a los pobres y llevar adelante la causa de Cristo. Tome la cruz y viva con sacrificio. Ore, de, asista al servicio del Señor. Testifique de Cristo, no solo cuando sea conveniente, sino tambien cuando comprenda que debe hacerlo. No considere el costo, ni tema las consecuencias. Estudie el nuevo testamento para conocer la
voluntad de Dios y luego hagala tal como la comprende. Comience ahora, dando el paso siguiente y prosiga”
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Tomado del libro "Sendas que conducen al Poder" de A.W. Tozer
Descarguelo el libro en este enlace
Los frutos de la obediencia
Reviewed by Anónimo
on
junio 21, 2010
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