Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos,
y mayormente a los de la familia de la fe
y mayormente a los de la familia de la fe
Galatas 6:10
¿Cómo podemos medir la espiritualidad del creyente? Muy a menudo se ve en nuestras iglesias a cristianos que desean ser visto ante los demás como personas espirituales totalmente consagradas a Dios, esto lleva a muchos de ellos a aparentar algo que no son. Usted los puede ver frecuentemente danzando, hablando en lenguas, y presumiendo virtud en lugares altamente concurridos, donde no hay diez ojos sino cientos de ojos y oídos que los pueden ver y oír. Muchos han llegado a creer que la persona espiritual, es aquella que constantemente habla en lenguas, esa que ora más que todos en la iglesia y que en cada culto danza y hasta profetiza (muchos de ellos no hablan de parte de Dios).
Pablo en el capítulo 6 del libro de gálatas derriba ampliamente este concepto de espiritualidad, enseñándonos que lo que verdaderamente demuestra si somos o no espirituales, es el amor y servicio hacia nuestros hermanos y prójimos, este es el principal fruto del cristiano y aquello por lo cual el mundo debe conocernos “que nos amemos los unos a los otros, así como Cristo nos ama” (jn 13:35).
Muchos de los que se hacen llamar “espirituales” no conocen lo que es el amor y servicio a los demás, solo viven para ellos mismos y no les interesa en lo más mínimo la condición espiritual, social, económica y anímica de los demás, son como aquel sacerdote y aquel levita que menciona Cristo en una de sus parábolas, los cuales viendo a un hombre tirado en el camino, moribundo completamente, pasaron de largo e ignoraron la necesidad de aquel que necesitaba ayuda.
No nos engañemos, Pablo dice que el que se cree ser algo, no siendo nada a si mismo se engaña. Si realmente desea usted ser una persona completamente espiritual, lo primero que tiene que practicar, antes que las lenguas y las largas oraciones, es el amor a su prójimo, y en especial hacia sus hermanos en la fe. Si usted no es capaz de amar y servir a los demás, usted será cualquier cosa menos una persona espiritual, como dice 1 corintios 13, “si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Sea un cristiano con frutos, que la gente pueda ver a través de su servicio a los demás, que realmente mora en usted el Espíritu Santo, el cual nos lleva a amar y servir, como dice un dicho, sino vivo para servir, no sirvo para vivir.
Dios bendiga y edifique su vida espiritual a través de esta meditación. Hno Samuel V.
El Amor y servicio, parte de nuestra espiritualidad
Reviewed by Anónimo
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septiembre 01, 2009
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